Desolación

Desolación es sinónimo de cielo gris. Ni siquiera azul marino de tormenta.

Es sinónimo de cielo gris y blancas paredes grisáceas.

Es sinónimo de silencio y sirenas de fondo.

Es sinónimo de estruendos como de tormenta. Pero que no lo son.

No exactamente.

Es sinónimo de artifical. De máquina.

De olor a pólvora.

De carreras. De huidas. De gritos.

De «agarra lo que puedas rápido que hay que irse de aquí a la de ya» No importa si dejas tu casa abierta. Tu techo. Tus sueños interrumpidos.

No importa si llevas un niño en tu vientre que crece por días.

A ti sí te importa, pero a los que idearon esta guerra no. Así que no importa. Era el peor momento para traer un hijo al mundo. La vida se abre paso entre escombros. Entre muerte. ¡Qué cosa más extraña!

«La vida continúa». ¿De qué hablan estas personas? Sus sueños. Sus vidas.

¡Bah! Mi guerra, mi dinero. Mi ego. Mi poder.

En tu memoria llevas la risa pura de los niños que juegan en tu barrio. Ahora a correr. Pero no es un juego.

Desolación es sinónimo de lluvia. De lluvia sobre mojado.

De hambre. De suciedad. De niños con rodillas ennegrecidas por jugar bajo escombros de guerra día tras día.

Desolación es llegar a la casa de los amigos de unos amigos y que te traten mal.

Desolación es que te toque seguir corriendo porque a donde has llegado tampoco eres bienvenido.

Desolación es que te toque parir en medio de la lluvia a la intemperie. O quizás no.

Desolación es que el fruto de tu vientre sea un apátrida. Un niño sin bandera, ni pasaporte. O quizás no.

En cualquier caso desolación es no tener opción.

Tristeza es un corazón invadido por el miedo y la avaricia. Desolación es la unión de muchos corazones productos de miedo y avaricia.

Al mundo le falta ternura. Es la única manera de parar la barbarie. La única forma de que estas desgracias no sigan repitiéndose hasta la saciedad. Pero si no consigues enternecerte intenta al menos tener empatía. Intenta ponerte en el pellejo de esas personas.

Imagínate en cada una de esas situaciones.

Tu mundo no es tuyo. Es de todos. No importa donde naciste. Lo importante es donde estás. Las fronteras son para ellos. Los dueños de la guerra. Los señores del mal. No para los que tenemos miedo. Los que vienen y los que ya están.

Imagen tomada de www.reuters.com 

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