Hay quien soporta más y mejor. Hay quien se revela. Todos tenemos nuestra propia personalidad.
Así, a ti y a mí nos puede ocurrir lo mismo pero nuestra forma de reaccionar puede ser distinta, porque distintos somos. A ti te pueden suceder cosas que no catalogas como negativas, como maltrato (aunque en realidad algo dentro de ti sabe que lo son) y yo sí, o viceversa.
La frase mantra «No importa lo que te pase en la vida, tu eliges la reacción» me lleva acompañando algunos años y reconozco que da luz en momentos de mucha oscuridad.
Pero hay hechos que dejan huella de por vida y hechos que directamente te destrozan la vida, si le pasan a cualquiera. Y seguramente, que te violen cinco hombres pertenece a esta última clase de cosas, las que te destrozan la vida. Las que te transforman para siempre.
San Fermín en los últimos años se ha convertido en la apología de la barbarie.
Soy española pero he vivido casi un tercio de mi vida fuera de las fronteras del país que me vio nacer y crecer. Y he visto a europeos hacer cosas aquí que en sus países no hacen. El balconing por ejemplo.
España para muchos es el país de la tolerancia y el de, sí, porque no, el libertinaje.
Y San Fermín parece haberse convertido en el cheque en blanco para hacer todo lo que uno desea. Las salvajadas mas impensables, a coste 0, con ninguna consecuencia. Incluso para los españoles. De hecho, los cinco violadores de la noche del 7 de julio son, precisamente, españoles.
Alcoholismo extremo. Drogas a destajo y de todos los colores. Maltrato animal y violencia de género a niveles colectivos y atroces.
Leer a Mónica Felipe ayer me dejó hecha polvo pero peor me quedé cuando una amiga me escribió que conocía a dos de los violadores. Y que nunca se habría esperado una cosa así de ellos.
Eso me revolvió aún más, porque entonces la cabeza empieza a pensar. Pero las tripas también: Lo que me dice mi amiga ¿anularía lo que escribe Mónica? ¿Es Mónica demasiado inocente? ¿Lo somos yo y mi amiga también? Mónica escribió: «He salido de juerga en mi juventud, he tenido muchos amigos y pongo la mano en el fuego porque ninguno de ellos podría participar en una violación. Sencillamente no entraba en sus esquemas mentales por muy borrachos que estuvieran. No era posible.«
¿Entonces si se trata de cinco chicos normales de familias honradas, quiere decir que cualquiera podría hacerlo? Perdón pero todo esto me provoca asco infinito. Una mezcla de dolor y vacío increíbles. Y miedo. Por mi descendencia, por mí, por mis amigas. Por todas las mujeres que pueblan esta tierra. Por todas las que vendrán. Porque una piensa que puede evitar ciertas situaciones pero parece que para eso lo único válido es vivir a escondidas. Y seguramente ni siquiera así evitemos ciertos sucesos.
Hace más de quinientos años que dejamos la Edad Media y parece que poco se ha cambiado.
Y perdón, pero aquí no hay compasión que valga. Hacia esos «hombres» por llamarlos de alguna manera, parece ser que es más acertado después de todo esa nomenclatura, porque los animales no hacen este tipo de atrocidades.
Y perdón pero por muy zen que se pretenda ser en estos casos una sólo querría transformarse en heroína femenina de película de Tarantino y armarse de una catana para hacer justicia con la ley del Talión como bandera, porque para todo hay un límite pero disculpen las molestias pero nos están matando, y de formas variadas.
Como dice el ex director del Instituto Nacional de la Salud y el Desarrollo Infantiles de Estados Unidos, James Prescott: «El Homo sapiens es el primate más violento del planeta contra la hembra de su misma especie y contra sus propias crías». Para los que aún piensan en las denuncias falsas por violencia de género. Señoras, señores, la violencia de género es más fuerte de lo que nos creíamos y está pasando AHORA.
Por todo esto cada día soy más feminista y cada día soy menos tolerante con situaciones que no se deben de tolerar. Le tengo dicho a mi compañero que los hombres no se pueden permitir ya ni una broma sexista más, ni una. Y diréis que soy una exagerada. Pero es que todo está muy relacionado. Y el surco es profundo, muy profundo y muy sutil pero hay que entrar en él y mirar la realidad a los ojos y afrontarla y quererla cambiar. Para ayer. Que vamos bien tarde.
Y volviendo a la razón, sé que no todos los hombres serían capaces de cometer una atrocidad semejante. Sé que la mayoría de los hombres que conozco y con los que me cruzo a diario jamás serían capaces de hacer algo así. Pero de verdad que da miedo la que está cayendo. Yo me comprometo a ponerme las pilas, como escribe Mónica, es más, las tengo puestas hace mucho y, como ella, te invito a activarte y a unirte a la causa justa. A abrir los ojos y motivarte, a salir de la desidia absoluta. A cambiar el mundo. A hacer historia. A actuar.
Ahí le has dado!!!.
Nadie tiene cara de violador, ni de asesino, ni de psicópata…
Esto me hace pensar que puede ser cualquiera, tu vecino, tu hermano, tu pareja… Porque lo más seguro es que también estos energúmenos, bebidos o no no tiene escusa, tuvieran pareja.
Es que ser mujer es luchar por tus derechos, es tener que ser valiente, hacerse valer. En vez de nacer con la posesión de los derechos que le son implícitos a los hombres, las mujeres tenemos que estar continuamente demostrando que nosotras también los merecemos.
Y si, cada día hay más hombres que piensan que las mujeres son personas con los mismos derechos que ellos, pero eso tiene que ver más con la crianza y educación que reciben, que suele ser de mujeres despiertas y valientes.
Eso es Solete! Es que da miedo sólo con pensarlo…Pero menos mal que hay cada vez más hombres que se dan cuenta de que las mujeres tenemos sus mismos derechos, (que me da hasta grima escribirlo) pero ¡NO ME BASTA!¡QUIERO MÁS!
Gran reflexión Ana, y como siempre palabras muy bien elegidas y muy necesarias.
En otro orden de cosas te digo que compartimos mantra 🙂 me gusta decir que no puedo elegir las cosas que me ocurren, pero sí elijo mi actitud ante esas cosas, mi marido bromea con que soy una estoica 🙂 yo creo que hay mucho de positivismo, de aceptar las dificultades y buscar soluciones, relativizar los problemas, y de ver la vida como un regalo maravilloso, que no fácil o perfecto, besos mujer valiente
Isabella mía! Yo también soy una estoica 😉 aunque tengo mis días, pero sí, para mí también es positivismo. La vida es un don maravilloso eso también lo digo yo 😉 y los que tenemos el privilegio de tenerla tenemos también el deber de ser felices, o al menos de intentarlo con todas nuestras fuerzas y de dejar un legado, de concluir una misión 🙂 Besos para otra valiente 🙂