Con las olimpiadas y los titulares que están generando los periódicos este verano, así como algunos comentarios (muy) desafortunados, hay bastante debate en torno a feminismo y formas de expresarnos. La verdad es que en estos días de ebullición me doy cuenta de que vivimos en un mundo machista difícil de cambiar. Básicamente porque no vemos claras ciertas señales que deberían estar muy claras ya. Y no hablo sólo de España, a través de las redes sociales han llegado a mis manos, o, mejor dicho, a mis ojos, titulares de Estados Unidos, Inglaterra o Italia, donde por cierto ha sido sonado el despido del director del periódico deportivo «Il Resto del Carlino» por el titular que dictaba: «Il trio delle cicciottelle sfiora il miracolo olimpico» (El trío de las gorditas roza el milagro olímpico). Tras el revuelo que generó la redacción de este título el autor pidió disculpas, su intención no era la de discrimar. Pero fue demasiado tarde. Su gesto «desde el cariño» le costó el puesto de trabajo.
Coincido con la mayoría de las blogueras a las que leo. Con mis amigas (y amigos) feministas. Queda mucho camino y me indigno tal y como lo hacen ellas. Las cosas están cambiando pero no a velocidad de competición olímpica.
Y reflexiono y me viene a la mente una frase que se decía «en plan broma» entre los hombres de la generación de mis padres, algo que hoy no se toleraría. Algo que los mismos que pronunciaban la frasecita hace 30 años hoy ni se les pasaría por la cabeza. Y es aquella expresión cuando se oía de nuevo en las noticias otro asesinato de una mujer a manos de su pareja. Aquel «Algo habrá hecho».
Mi generación creció en medio de esas expresiones y riéndose con Martes y Trece y su sketch «mi marido me pega«. Hoy se llamaría con todas las letras: APOLOGÍA DE VIOLENCIA DE GÉNERO y no tendría espacio en la televisión. Entonces no sé si a algunos adultos les hacía pensar, a mí como niña me hacía reír y ningún adulto me explicó nunca que no habría debido reír ante algo así, es más, no recuerdo ver a ninguno de ellos molesto por la escena.
Sé que hace poco Millán Salcedo ha pedido disculpas por el sketch. Hoy lo vemos todos muy claro, pero hace un par de décadas no tanto. Ni Millán ni nadie.
TODOS tenemos una responsabilidad de civismo. Vivimos en sociedad y hay que respetar si queremos ser respetados. Pero indudablemente hay personas con mayor repercusión mediática. Y desde luego mientras que las medidas políticas sigan siendo de risa el cambio seguirá siendo demasiado lento.
No quiero esperar dos décadas más para ver cambios. Llamadme impaciente pero los cambios los quiero YA.
Y es que ninguna mujer más debería sufrir maltrato. Sin peros que valgan.
Seguiremos denunciando misoginia, maltrato, machismo, pero esperemos que no sea por mucho tiempo. Espero que cada persona que se equivoque al escribir o al soltar alguna broma se dé cuenta y rectifique inmediatamente. O que alguien se lo haga ver rápido. Que los que ya han visto la luz iluminen a los que aún siguen en la ceguera.