Adiós a los métodos

En las interminables mil primeras noches de ser mamá, en las que no hay
forma de dormir, te pasas las horas buscando en Internet cómo hacer para que tu
hijo duerma más. 

Llega el día y vas al parque donde le preguntas a otras mamás.
A la oficina, a tus compañeras. A la pediatra, a tu madre y a tu suegra.

Y así
hasta que cuando han pasado esas primeras mil noches de repente un día te das
cuenta que ya no buscas, que ya no preguntas, que ya has aceptado que tu hijo
se siga despertando.

Ya has aceptado que tu hijo no es un
robot, ni un muñeco. 

Que tu hijo es único y merece el respeto de ser tratado
sin un método, pero sí con amor y comprensión. 

Ya no buscas manuales de
instrucciones. Ni tutoriales en Youtube. 

Sólo mirando de cerca, abrazándolo y
abrazándote a ti misma podrás superar las opiniones y la presión externas. 

Y
tus propias necesidades, y tus propias exigencias. 

Y estarás dando amor en
mayúsculas y verdadero como jamás pensabas que lo harías. Y es lo mejor que
jamás has hecho. 

Nada compensa más que esto. Aunque tengas ojeras por las
mañanas. Aunque tus necesidades queden en un segundo plano. Y algunos sueños
aparcados.

Cuando dejas de buscar manuales de instrucciones para aprender a manejar a
tu retoño, cuando de verdad miras a tu hijo/a viéndolo, entendiéndolo,
conectando con su alma, olvidando las reglas.

A mayor amor empleado menor disciplina necesitada. 

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6 comentarios sobre “Adiós a los métodos

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