Volver a Roma

Volver a Roma es como volver a entrar en el centro de mi alma. Roma me conecta con una parte de mí en decadencia. Con una parte importante de mi historia como la historia del mundo. Roma auge y caída. Vida y muerte y vida de nuevo.

Roma y castelli romani. Un buen trozo de mi corazón se quedó mudo, atrapado, bajo cenizas de cemento, hierba y ramajos. Mi alma encuentra paz entre el barullo del tráfico, bocinas enloquecidas y acento romano de escena «alla Alberto Sordi». No recuerdo de cuanto era la moneda que lancé al agua de la fuente la primera vez, pero debe haber sido de quinientas pesetas porque la relación contigo fue para siempre. Volví eternamente a la ciudad eterna.

Roma amatriciana o carbonara. Paseo lungo Tevere «…che andava lento lento…» Atardecer de cielo encuentra tierra desde Villa Borghese. Y vuelta al caos de tu tráfico en medio de arcos y columnas que nos recuerdan que ¡eh! ¡Roma è Roma! Nonostante tutto…

Roma, tú me enfrentaste a la realidad, a la mujer que nació en ti hace poco, atravesando espinas afiladas. A ser una lupa capitolina amamantando a deshoras y derramando gotas de leche caliente como la sangre de mis venas.

La ciudad se mueve a un ritmo vertiginoso y yo me siento pequeña en medio de todo este mundo. Un número. Porque por suerte y por desgracia en Roma no eres más que un número. A menos que te llames de otra forma.

El techo del Panteón sobre mi cabeza ande yo allá dentro o no, siempre es igual, un techo a medio cubrir, mitad lluvia, mitad sombra, mitad sol, mitad…Ya me pasé. Las matemáticas no son lo mío. O eso dicen.

Roma sí lo es. Roma es un poco mía como yo soy un poco suya. A pesar de la melancolía que me produce recorrer sus rotas aceras de adoquines resbalosos de lluvia, aunque sólo sea imaginariamente.

A menudo siento que vivo, a veces simplemente sobrevivo. Roma al revés era Amor.

Roma lo que fuiste y pudiste haber sido. Pero va bene lo stesso. Así también vale. La frase más potente que me han dicho en mi vida fue allí: «Non fare finta che non ti è sucesso niente» (no hagas como si no te hubiera pasado nada). Desobedecí un poco, ya sabes, la cabra tira al monte.

Roma es Roma. A pesar de todo. Y yo estoy bien, a pesar de todo. A menudo incluso vivo. A veces hasta te sobrevivo.

4 comentarios sobre “Volver a Roma

  1. Qué bonito Tita, me ha encantado leer esta entrada 😊 es preciosa, como Roma. Cuántos recuerdos bonitos en esta ciudad, recordar a través de tus palabras y a su vez imaginarme tus recuerdos. Preciosa entrada, como tú!

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