Desolación es sinónimo de cielo gris. Ni siquiera azul marino de tormenta.
Es sinónimo de cielo gris y blancas paredes grisáceas.
Es sinónimo de silencio y sirenas de fondo.
No exactamente.
Es sinónimo de artifical. De máquina.
De olor a pólvora.
De carreras. De huidas. De gritos.
No importa si llevas un niño en tu vientre que crece por días.
«La vida continúa». ¿De qué hablan estas personas? Sus sueños. Sus vidas.
¡Bah! Mi guerra, mi dinero. Mi ego. Mi poder.
Desolación es sinónimo de lluvia. De lluvia sobre mojado.
Desolación es llegar a la casa de los amigos de unos amigos y que te traten mal.
Desolación es que te toque seguir corriendo porque a donde has llegado tampoco eres bienvenido.
Desolación es que te toque parir en medio de la lluvia a la intemperie. O quizás no.
En cualquier caso desolación es no tener opción.
Tristeza es un corazón invadido por el miedo y la avaricia. Desolación es la unión de muchos corazones productos de miedo y avaricia.
Imagínate en cada una de esas situaciones.
Tu mundo no es tuyo. Es de todos. No importa donde naciste. Lo importante es donde estás. Las fronteras son para ellos. Los dueños de la guerra. Los señores del mal. No para los que tenemos miedo. Los que vienen y los que ya están.