“Uno no siempre
hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere” dicta
un verso del poema de Mario Benedetti: “Hombre preso que mira a su hijo”.
hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere” dicta
un verso del poema de Mario Benedetti: “Hombre preso que mira a su hijo”.
Hemos crecido en
el deber. “Hay que…”, “tengo que…” que parecen providencias divinas.
Pareciera que si no hacemos ciertas cosas el mundo se acabará inminentemente. Y
a menudo, si lo pensamos bien, se trata de cosas absurdas que encierran
consumismo, que encubren carencias. Ir al centro comercial a pasear, a dejarse
abducir por luces artificiales, colores, vestidos, bolsos, zapatos, comida
rápida, etcétera. “Hay que comprar…” muchos objetos que no nos hacen falta. Y
ver a personas por el simple compromiso de verlas, aunque no nos haga feliz
hacerlo. Y hablar de tonterías y temas superficiales, y resolverle la vida a
las personas, cuando no tenemos idea de como encajar las piezas de nuestro
rompecabezas personal propio. Y trabajar
en sitios que nos roban el mes de abril, como canta Sabina. ¿Te has planteado
alguna vez segundas opciones? ¿Caminos alternativos? ¿Fuiste a la universidad
porque quisiste? ¿Elegiste tú lo que estudiaste? ¿Estás contento con tu vida?
¿Te gusta donde vives? ¿Te gustaría cambiar de trabajo? ¿De ambiente? ¿De país?
¿Sabes que puedes hacerlo? Libérate de tus miedos, deja atrás las ataduras.
Prueba una y mil veces hasta que des con la opción válida. Pero lo más
importante de todo, no hagas cosas por los demás si te van a hacer sentir mal.
No hagas cosas que no quieres hacer. Sé feliz.
el deber. “Hay que…”, “tengo que…” que parecen providencias divinas.
Pareciera que si no hacemos ciertas cosas el mundo se acabará inminentemente. Y
a menudo, si lo pensamos bien, se trata de cosas absurdas que encierran
consumismo, que encubren carencias. Ir al centro comercial a pasear, a dejarse
abducir por luces artificiales, colores, vestidos, bolsos, zapatos, comida
rápida, etcétera. “Hay que comprar…” muchos objetos que no nos hacen falta. Y
ver a personas por el simple compromiso de verlas, aunque no nos haga feliz
hacerlo. Y hablar de tonterías y temas superficiales, y resolverle la vida a
las personas, cuando no tenemos idea de como encajar las piezas de nuestro
rompecabezas personal propio. Y trabajar
en sitios que nos roban el mes de abril, como canta Sabina. ¿Te has planteado
alguna vez segundas opciones? ¿Caminos alternativos? ¿Fuiste a la universidad
porque quisiste? ¿Elegiste tú lo que estudiaste? ¿Estás contento con tu vida?
¿Te gusta donde vives? ¿Te gustaría cambiar de trabajo? ¿De ambiente? ¿De país?
¿Sabes que puedes hacerlo? Libérate de tus miedos, deja atrás las ataduras.
Prueba una y mil veces hasta que des con la opción válida. Pero lo más
importante de todo, no hagas cosas por los demás si te van a hacer sentir mal.
No hagas cosas que no quieres hacer. Sé feliz.
Y cómo cuesta dejar de hacer algunas cosas por inercia, y qué bien se siente una cuando pasado un tiempo miras atrás y no echas nada de menos esas imposiciones 🙂
Totalmente, chica! Elevando tu brazo derecho mientras sacas músculo y guiñando un ojo ;)Besos, amiga!
Toda la razón guapa! Aunque a veces cuesta bastante… lo importante es darse cuenta e intentar cambiarlo 😉
Bueno darse cuenta es ya un paso muy importante! 😉
Occidente:consumismo… ya no quedan almas ricas…como dice Buddha :hay que alejarse de los apegos terrenos…in italiano :attaccamenti mondani.
attaccamenti mondani, proprio! che bello detto in italiano 🙂 a buscar la riqueza del alma , Fede, tu ci sei 😉
Gran verdad lo q cuentas ana, pero como dice Maite cuesta mucho trabajo y más cuando no depende sólo de ti y tienes una familia a la q afectan directamente los cambios y las decisiones q tomes, en este caso hay q ir de la mano de la pareja y deben querer los dos esos cambios.
Bueno claro, como todo, hay que sopesar y ponerlo todo en la balanza. Pero cuando se el sacrificio es demasiado grande algo falla. El esfuerzo se sobre valora en ciertas ocasiones